sábado, 20 de marzo de 2010

Pequeños logros, grandes alegrías

Creo que todas las madres (y padres) nos sentimos igual. Cuando vemos que nuestros hijos logran algo (aunque se trate de algo tan sencillo como armar un rompecabezas), nos invade una sensación de bienestar y felicidad

De pronto, aquel bebé que dependía enteramente de mí, es una personita que ha aprendido muchísimo en sus pocos años de vida. Va al baño sólo, se lava las manos sólo, come sólo, se viste (casi) sólo, prende la TV y pone su canal él sólo, escoge su ropa sólo, y muchas otras cosas más que hacen que me sienta feliz porque veo como se convierte en un ser independiente, aunque con algo de nostalgia porque cómo no añorar cuando era mi bebé, cuando se dejaba cargar todo el tiempo, cuando se dormía en mis brazos.

A veces los logros de mi hijo son aún más significativos. Porque luchó mucho para conseguirlo. Y aunque muchos niños de su edad ya puedan hacerlo sin problemas, el hecho de que mi hijo ¡por fin! lo logre, es algo simplemente indescriptible. Hoy mi hijo me llenó de felicidad porque disfrutó su clase de natación, porque metió su cabeza dentro del agua (con sus lentes azules) y lo disfrutó. Realmente lo disfrutó. Fue feliz y yo más aún.

Muchas madres y padres adoran hablar de lo precoces que son sus hijos, de lo inteligentes, de lo bien estimulados que están. Creo que todos estamos orgullosos de nuestros hijos y obviamente inflamos el pecho si nuestro hijo sobresale en alguna cosa y cuando lo contamos nos sentimos lo máximo. Pero algunos padres ya exageran la nota. Practicamente toda su conversación es en torno a "mi hijo/a es el mejor en ......." (insertar aquí cualquier actividad). Conozco personas que realmente no tienen otro tema de conversación y que además de eso, dan la impresión de que sus hijos son casi casi la versión actual de Leonardo Da Vinci.

Y bueno, yo creo que todos los niños son hábiles en unas cosas y en otras no tanto. Por ejemplo, mi enano es muy hábil con los números, y en realción con los niños de su edad, sobresale. Pero por ejemplo, en cuanto al lenguaje, aún tiene algunas dificultades con algunos fonemas (habla como un loro pero aún no puede decir la f, la j y la s). Yo me emocioné hasta las lágrimas cuando mi hijo por primera vez pronunció correctamente: "mamita, te quiero muCHo".
Y aunque tiene ciertos problemas de lenguaje y también ciertos problemas para compartir (todo el mundo me dice que es porque es hijo único, pero que se le hace), uno se da cuenta de lo ingenioso que puede ser cuando enfrenta algún problema.

Escenario:
Un club de Ñana. Tendidos en el jardín (enorme) sobre una manta. Jugábamos a que la manta era nuestro barco pirata.

Sebas: "Nestuo barco es muy grandee..."
Yo: "Nu-es-tro"
Sebas: "Nesto barco es ....."
Yo: "Nu-es-tro"
Sebas: ................................................ "El barco de nosotros, es muy grande..."

Mi hijo está creciendo. En unos días más cumple 4 años! Y yo cumplo 4 años como mamá. Y soy feliz viéndolo crecer.

1 comentario:

  1. Que bonito tu Post. Para una como madre esos pequeños logros son grandes y a veces exageramos pero creo que estamos disculpadas, somos mamás y nos sentimos orgullosas de nuestros hijos. Por cierto tu Post lo cite en la última entrada de mi Blog.
    Un abrazo.

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