miércoles, 27 de agosto de 2014

Todos vuelven...

A la tierra en que nacieron.... Dejándome de chistes, todos vuelven, si. Vuelvo a escribir en este blog después de 2 años. Quizás muchos no lo sepan o no lo recuerden, pero yo empecé a escribir mi blog en el año 2005, en agosto (osea, ya cumplí 9 años!). Al inicio contaba de todo, pero como siempre no faltan, los malintencionados que te tienen envidia, tuve que cambiar la dirección de mi blog y suprimir algunas (una buena parte) de entradas. Recuerdo que me encantaba escribir, me liberaba. Luego el tiempo, siempre tirano, hizo que me alejara muchísimo, no sólo de este blog, sino también del que le escribía a mi hijo. Quien sabe, si hubiera seguido escribiendo, hubiera podido hasta publicar un libro, ahora que está de moda.... Pero bueno, esa no fue mi intención. En fin, decidí volver porque recordé mis blogs. leí un poquito y me entró la nostalgia. Y también porque estoy media insomne hoy. Tuve una reunión con unas amigas y como siempre, nuestra conversa deriva en hijos. No hay pierde. Y hablando justamente de ellos, comentábamos que las mamás, siempre creemos que nuestro hijo es lo máximo (para nosotras claro). Pero hay madres que ya exageran y que califican de genios a sus retoñitos, que de repente si lo son, pero que no es necesario estarlo comentando como si fuese una carrera que hay que ganar o como si fuese el único ser humano que ha logrado algo así. No me malinterpreten, no es envidia. Todos los niños tarde o temprano leen, escriben, etc. Algunos antes, otros después. No es una carrera. A veces creo que las mamis consciente o inconscientemente hablamos de los logros de nuestros hijos porque en parte creemos que también son nuestros logros. Y no pues. O sí. Pero no es como para estarse panudeando de eso. O si? Anyway. Otro tema que siempre sale (y que está anexado al anterior) es el del colegio. Muchas se quejan de las tareas, muchas se quejan de las profesoras, muchas se quejan de todo. Tengo amigas cambiaron a sus hijos de colegio porque estaban descontentas con la forma de enseñanza. Gracias a Dios a todas les fue bien, los chicos no sufrieron con el cambio y ahora están contentas. Sin embargo, siguen rajando de ex-colegio. Y claro, las que quedamos ahí, es imposible no sentirse aunque sea un poquito mal. Yo tuve la intención de cambiar a mi hijo de colegio también. No porque le fuera mal, sino para darle mayor oportunidad en la parte de arte y deportes. Porque su colegio no es de los que se preocupa mucho por eso. Pero no se logró. Al comienzo me dio pena, pero ni modo, las cosas pasan por algo. Felizmente a mi hijo le va muy bien, no es el colegio perfecto, pero siempre intento mirar las cosas pensando en las mejoras que han hecho (que se han visto varias) que en las carencias que tiene. Y hasta ahora vamos bien. Este año al menos se seguirá quedando ahí. Ya el tiempo dirá si alguna vez volveré a intentar el cambio. Ya me está dando sueño otra vez. Espero pronto volver a escribir.